Nos conocimos en el colegio primario Antonio Sabelli de la Parroquia Santa Julia.
Pocos recuerdos tengo de él en esa época, pero hay una imagen que perduró siempre en mi memoria: su mamá despidiéndolo en la puerta de una vieja casona de Caballito, cuando el micro del Cole lo buscaba por las mañanas.
Nos hicimos amigos en el Dámaso, donde sólo cursó los primeros años del comercial, años 1971 a 1973, aunque siempre estuvo con nosotros. Formó parte del Grupo Andino Santa Julia y participó en la creación de la revista "Descomprimiéndonos", dedicada a la poesía, la literatura y el arte en general.
Gran arquero, fanático de Boca y de Papo, su personalidad contrastaba y balanceaba la de sus compañeros de militancia. El Tano iba al punto sin rodeos, dejando el intelecto de lado y poniendo el corazón y el alma, como cuando atajaba la pelotita de papel con la que jugábamos en el recreo. Divertido, siempre bromeando, recuerdo su gran sensibilidad social y su gran preocupación por el prójimo.
Los que lo conocimos, siempre recordaremos con cariño al bonachón de Eduardo, el Tano, que se jugó la vida por sus ideales.
Gustavo Porta
Promoción 1974